Blanca como la nieve, roja como la sangre - Alessandro d'Avenia

Título: Blanca como la nieve, roja como la sangre.
Autor: Alessandro D’Avenia.
Saga: Libro autoconclusivo.
Año: 2011
Editorial: Debolsillo
Páginas: 246
ISBN: 978-84-9908-765-8

Contraportada

Entre mensajes de móvil, deberes, pósters, canciones, partidos, motos, miradas y sonrisas se encuentra Leo, un joven inmerso en el torbellino de la adolescencia.
Leo tiene un enemigo: el color blanco. Porque para Leo todas las emociones tienen un color, y el blanco es la ausencia, la soledad y la pérdida. El azul es el color de la amistad y el de los ojos de Silvia, su mejor amiga, leal y serena, su apoyo constante. El rojo, en cambio, es el color del amor, de la pasión, de la sangre: rojo es el color de los cabellos de Beatrice.
Cuando Leo descubre que Beatrice está enferma y que su enfermedad está relacionada con ese blanco que tanto le asusta, deberá buscar en su interior, sangrar y renacer para entender que los sueños no tienen fin y que siempre hay que encontrar el coraje para creer en algo más grande.

Puntuación
*****

Reseña (sin spoilers)

Amistad, amor y sueños. Esos son los temas principales que aborda Blanca como la nieve, roja como la sangre, desde el punto de vista de Leo; un chico con un corazón tan grande como el de un león.

Leo relaciona todo con un color; relaciona el azul con la amistad, y con su amiga incondicional, Silvia. Relaciona el rojo con el amor, y con el cabello de la chica que le gusta, Beatrice. Sin embargo, el blanco es su enemigo mortal, porque el blanco significa nada, el blanco “ni siquiera es un color”, y Leo odia quedarse en la nada.

La vida de nuestro protagonista es bastante común, juega al futbol, toca la guitarra de vez en cuando, y le gusta hacer competencias en moto con uno de sus amigos, Niko. Sin embargo, envuelto en todos esos temas se encuentra uno mucho más importante para él; el amor. El amor de su vida, ése que él define con el simple nombre de Beatrice.

“Ojos verdes que cuando los abre abarcan toda su cara. Pelo rojo que cuando se lo suelta el alba te cae encima. Pocas palabras, pero las justas. Si fuese cine: género por inventar. Si fuese perfume: la arena a la primera hora de la mañana cuando la playa está sola con el mar. ¿Color? Beatrice es rojo. Como el amor es rojo. Tempestad. Huracán que arrastra. Terremoto que te deja el cuerpo hecho trizas.”

Tenemos un libro plagado de pensamientos, pues está contado desde el punto de vista de Leo, como si fuera su diario, de modo que todo lo que piensa, todo lo que siente, queda plasmado. No demasiado avanzado el libro, llega un personaje entrañable, no es nada más que el profesor de filosofía e historia de Leo, a quien rápidamente llama El Soñador, ¿Por qué? Porque gracias a él, Leo se da cuenta que tiene un sueño y que hará hasta lo imposible por cumplirlo.

Pero hay algo que se interpone. Algo a lo que Leo teme mucho. El color blanco. Entonces Leo debe elegir entre rendirse o luchar por su sueño, y la única forma en que puede conseguirlo es ayudándose de otras personas y sacando fuerzas de lo más profundo de su ser.

Esta vez prefiero la portada española.

Blanca como la nieve, roja como la sangre me encantó. Cuando estaba pensando en la puntuación, pensé en darle un cuatro, pero entonces me dije “¿Por qué le estás bajando ese punto?” entonces decidí darle cuatro y medio, pero me volví a repetir la pregunta. Decidí darle cinco, porque aunque no es un libro que le encantará a todos, es un libro que se disfruta de principio a fin. No es una historia sobrenatural, estamos frente a algo completamente normal y que probablemente muchas personas viven a diario. Los personajes se dejan querer y los recuerdas a todos, aunque no se meta mucho en ellos, pues el principal es Leo y todo lo vemos desde su punto de vista. Estoy segura que todos querríamos un profesor como El Soñador, o un padre como el de Leo.

Le doy un cinco porque Leo me cautivó, porque me enseñó a seguir mis sueños y esforzarme al máximo, porque aprendí que aunque todo se vuelva oscuro, la luz está esperando más adelante. Le doy un cinco porque me enamoré de Beatrice junto con Leo, porque Silvia se convirtió en mi amiga, y porque yo también querría tener un perro salchicha llamado Terminator.

¿Ya lo leyeron? ¿Qué les pareció?